El Manifiesto de Nacho Vegas: NACHO VEGAS 22/05/2014, FESTIVAL DE GUITARRA BARTS, BARCELONA

domingo, 25 de mayo de 2014

NACHO VEGAS 22/05/2014, FESTIVAL DE GUITARRA BARTS, BARCELONA

Alicia Rodríguez
Fotos Jordi Vidal

Cuando se asiste a un concierto de inicio de gira se asume una realidad: el directo podría contar aun con cabos sueltos. Y es que era tan sólo el sexto concierto de Nacho Vegas presentando "Resituación", para postre su disco más criticado hasta la fecha. Algo que presuntamente pensaba que no le ayudaría a la hora de pisar cómodamente el escenario. No sé si fue el efecto rebote, pero desde el primer minuto consiguió que tirara a la basura esas ideas preconcebidas. A evidencias me remito: la maquinaria puesta en marcha por Nacho y la banda está engrasada y con todas las piezas en su sitio. Que son las que deben ser, pues aquí no hay ni un músico de relleno. Creando todos a una, como nunca: Abraham Boba (acordeón, teclados, coros), Manu Molina (batería), Edu Baos (guitarra), Luis Rodríguez (bajo) y ese rey Midas de la instrumentación, al banjo y la guitarra: Joseba Irazoki.

Ya es oficial: Nacho y los suyos ofrecieron anoche su mejor actuación en la ciudad en muchos años. Un repertorio centrado en "Resituación" que sí, tiene mucho de política social, pero no sólo. En directo, conservan la esencia de discos anteriores; esto es la ternura de “Rapaza de San Antolín”, dedicada a Lorena Álvarez, o las catástrofes emocionales de “Adolfo Suicide”, melodía que ayer hizo despegar el concierto y tener a la parroquia roquera de rodillas. Para el final de la noche dejaría la elegancia melódica de “Luz de Agosto en Gijón”, su declaración de amor incondicional a la tierra que le parió. Hubo también repaso a su discografía, con “Taberneros”, “Gang Bang” y “La gran broma final" –de cuando Nacho canta en carne viva– que compensan y contentan a los que aun dudan de su nuevo ideario social.

Más evidencias: lo intelectual y lo popular no fueron esta noche excluyentes. Porque su directo, tenga el discurso que tenga, no deja de ser coherente y contundente, aunque su costumbrismo social aun noquee al personal que sólo sabe ver tópicos en su nuevo repertorio letrístico. Por esa regla de tres, ¿no eran igualmente tópicas las alusiones a las drogas de Nacho en discos anteriores? Para la traca final, instantáneas guardadas para siempre: en el escenario, María Rodés, el periodista Nando Cruz y alguna que otra cara conocida de la cultura de esta ciudad 'infiltrados' con el coro catalán que aportó la fuerza precisa para “Polvorado” y "Runrún”’. O Hibai y más amigos que sacaron al escenario una pancarta en contra del plan urbanístico del Paral.lel. Otra fue Nacho con megáfono en mano, pero no para ofrecer ningún mitin sino para aclamar sus principios, sus bellas imperfecciones individualistas como “El hombre que casi conoció a Michi Panero”. O el asturiano y el coro con el puño en alto, recordando a los mineros muertos en Turquía y a los de su tierra con “En el pozo de María Luisa’”. Juro que hizo saltar las lágrimas a algún compañero de profesión.

Tensar la cuerda de nuestra bochornosa realidad a pocos metros del suelo, pero con la distancia justa que aporta la ironía. Un contrapunto útil que permite no destensar del todo y acabar cayendo de bruces en la realidad. El puño en alto siempre será cosa de valientes y su música, la necesaria crónica de la vida cuando ésta aporrea duro. Sí, su directo antojaba riesgo pero la osadía le salió redonda. Celebremos su "Resituación".