Ciudad de México, 19 de mayo (SinEmbargo).– Regresa Nacho Vegas a México, lo que equivale a decir que vuelve uno de los cantautores de culto en nuestro país, uno de esos artistas que ha calado hondo en el corazón de quienes lo escuchan cantar desde hace años, solo o con su amigo, Enrique Bunbury.
Vegas, de 40 años, es muy admirado en España, donde ocupa un lugar de privilegio en el mundo de la música alternativa y su reciente disco Resituación, lo muestra decidido a transitar el camino de la canción política, en una actitud abierta a la experiencia colectiva, ahora que parece haber dejado con mucho esfuerzo las adicciones que lo atormentaron en la última década.
Nacido en Asturias, en discos como En la sed mortal y En el jardín de la duermevela, supo Nacho Vegas construir una obra confesional, con letras descarnadas y conmovedoras. Su discurso en el siglo XXI, en cambio, ha producido un álbum “cabreado, que habla de la realidad y la realidad es la que es, hostil y agresiva”, ha dicho el cantautor en una entrevista radiofónica.
Resituación es el octavo disco en la carrera de Vegas y lo trae desnudo, austero portador de canciones melodiosas pero carentes de arreglos musicales sofisticados con las que intenta y logra dar cuenta de la desesperanza reinante en un país que como el suyo se encuentra agobiado por una crisis social y económica que parece no tener fin. CANCIONES DEL MÁS ACÁ El sencillo “Runrún”, tiene destino de hit y se deja escuchar acompañado por la guitarra acústica de Javier Mas, habitual de la orquesta de Leonard Cohen. Una letra que es un poema en forma cabal, preciosa y doliente, pone en duda el tan gastado concepto de democracia en un mundo que sólo ha conseguido acendrar las grandes diferencias sociales.
Un letrista talentoso, un cantante de voz áspera y a veces poco agradable, pero conmovedora. Foto: OCESA
“Eres un gato observando el horror, hay quien te mira y se frota las manos; los otros evitan la conversación y hay algunos que se arrojan desde el balcón”, dicen los primeros versos de un tema que da cuenta de la gran madurez creadora de Vegas, sea lo que fuere que ello signifique. Por lo pronto, no es la madurez lo que más ha destacado gran parte de la crítica en España, que por decir lo menos lo hizo trizas cuestionando sobre todo su sinceridad a la hora de volverse contestatario. Es un disco distinto de Vegas, es verdad. Puede sorprender e incluso incomodar en una primera escucha, pero no merece un juicio a la ligera. Por el contrario, allí está la irónica e inteligente “Actores poco memorables”, una sátira deliciosa de la nunca bien ponderada clase política que, como sabemos, es igual en todas partes.
Acompañado por sus músicos de cabecera: Abraham Boba, Manu Molina y Luis Rodríguez, a los que se suma Joseba Irazoki, Vegas canta con su voz nasal el primer sencillo del disco producido por Paco Loco. El álbum inicia con “Indefensos”, un poderoso tema instrumental pensado para honrar la filmografía del británico Mike Leigh del que Nacho es fanático. En “Ciudad vampira”, el cantautor oriundo de Gijón se inspira en el tema “Devil Town”, de Daniel Johnston y utiliza en la intro un coro en vasco de Maite Arroitajauregi, la líder de Mursego, con la que Vegas integra Fundación Robo, un proyecto de creación musical colectiva empeñado en reaccionar con voz fuerte y alta frente a la crisis.
UNA CITA CON MÉXICO En el disco anterior de Nacho Vegas, La zona sucia, hay un tema titulado “El mercado de Sonora”, como muestra de lo cerca que está de nuestro país, al que vino por primera vez en 2006 acompañado por su compatriota Enrique Bunbury, para presentar el disco de ambos, El tiempo de las cerezas. Ahora es el tiempo del regreso y la cita será el próximo viernes 6 de junio en el Teatro Metropolitan, día en que el ex Manta Ray explicará personalmente el sentido de una palabra que no existe en la RAE: “resituación”, lo que hace “que esté abierta a un montón de significados”, según dijo en una entrevista con Hipersónica. Resituación, lo nuevo del cantautor gijonés. Foto: Especial “Mis canciones hablan siempre de las mismas cosas, hay tres o cuatro temas que son los mismos pero cada vez tienes que mirarlos de forma diferente. Y hacer música significa estar un poco en continuo movimiento, saber cambiar el foco. Alguna vez he tenido la sensación de que la música que se hacía alrededor en mi generación, sobre todo en los últimos años, estaba un poco muerta, un poco perdida en su propia burbuja y mirándose al ombligo. Hay que cambiar el foco de una manera radical y a eso alude el título Resituación.”, agregó.
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Publicado en el blog por Fhara Hernández (México D.F.)
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