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viernes, 11 de abril de 2014

Nacho Vegas "Escrache Melódico" nota sobre Resituación por NoTodo.com

De aquel chico reservado que se escondía, primero, en la maraña de ruidos de Eliminator Jr. y Manta Ray al cantante que ha abogado por la tradición de la protesta explícita para hacer caso de lo que pasa a su alrededor no ha pasado demasiado tiempo, pero el suficiente como para que cada cambio y pormenor que inicie se cuestione como si de una herejía se tratase.

Y es que Nacho Vegas se enfrenta a uno de sus álbumes más complicados y a un posible crac en su carrera: la Resituación que plantea en sus once nuevas canciones lo es de lo que pasa afuera, pero también del rumbo de su carrera, más comprometido y afilado que nunca, incendiario y explícito, irónico y simbólico del clima del 15-M.

El asturiano lleva doce horas contestando preguntas, viendo cómo habla más de política que de evolución sonora, cómo muchos de sus fieles y medios que hasta antes de ayer le sobaban el lomo hoy se ubican en la vereda de enfrente y cómo, estoico y seguro de sí mismo y de su cancionero, sigue siendo una pieza fundamental para la evolución de la canción popular estatal, melodramática o no.

Texto: Alan Queipo / Fotos: Juan Pérez Fajardo



Notodo: En los inicios de tu carrera solista se generó cierta fricción entre los fundamentalistas de Manta Ray y tu nueva propuesta, más cerca de la canción de autor que del noise. ¿Presientes que ahora, más explícito con el compromiso político, puede haber una nueva fricción entre tus fieles?
Nacho Vegas: Es difícil saberlo ahora, quizás con un poco más de perspectiva en el tiempo lo sabría mejor, pero sí que es verdad que lo pensé hace poco. Aquel momento, cuando pasé de Manta Ray a hacer cosas en solitario, no sé si lo llamaría “crisis”, quizás fue más recelo, no llegó ni a ser incomprensión. Fue todo un poco ridículo porque no era muy normal en el indie de aquella época ver a alguien salir solo con la guitarra, pero acabó normalizándose más o menos rápidamente. Ahora sí que puedo sentir algo parecido: gente que me trataba muy bien y que era muy benevolente, incluso, con las cosas que hacía y que a lo mejor ahora está descontenta con algún giro que haya ido dando en mi carrera. Todavía no sé muy bien si es que hay algo en lo que me estoy equivocando o si es que hay cierta incomprensión en lo que hago y que estamos en sitios diferentes. Me gustaría que fuera una crisis igual que aquella y que pasara.
Hay gente que era muy benevolente con las cosas que hacía que está descontenta con este disco.


NTD: Si bien es tu obra más explícitamente comprometida en el aspecto político sí que guarda cierta celebración de la voz colectiva, desarrollando ciertos aspectos ilusionantes, más utópicos o menos. No deja de ser una paradoja. ¿Te interesaba jugar con esa dualidad más o menos contradictoria?
N.V.: Sí, porque es una dualidad que al final la hemos experimentado en estos últimos años especialmente cuando la cosa llegó a ser social y políticamente tan tensa y empezar a surgir movimientos como el 15-M y todo lo que vino después, y se sentía esa especie de paradoja: habíamos llegado a un punto muy dramático, en donde empezaban a echar a la gente de manera indiscriminada de sus casas, pero por primera vez en mucho tiempo había un sentimiento colectivo de ilusión y de poder hacer algo en común, responder a ello de una manera colectiva. Y esa combinación de tomar conciencia de problemas muy dramáticos que habíamos estado mirando para otro lado hasta que estallaron del todo y esa ilusión por hacer las cosas en común creo que son sensaciones que sí que aparecen en este disco.

NTD: Has hecho referencia a que tu generación, abocada al posmodernismo, no tenía mucha sensibilidad ni compromiso político. No sé qué te representa menos: si tu generación o los partidos políticos.
N.V.: (Ríe) Los partidos políticos a día de hoy están muy envejecidos, y el discurso que sostiene la cultura de la transición y los todavía referentes y símbolos políticos son los que en su día votaron la Constitución, así que imagínate la distancia incluso generacional que hay ya no sólo mía con ellos sino de ellos con la sociedad misma. Por suerte ahora hay otra generación que está tomando el relevo y es más fácil tener un discurso cercano al de ellos. Pero sí, la gente de mi generación, e incluso me incluyo, con todo el rollo del posmodernismo, estaba imbuida en un desapego que a muchos todavía les dura. De todos modos, cuando yo llegué a Madrid sí que veía que había cosas de las que me sentía cerca ideológicamente. Por ejemplo, el de la plataforma Ladinamo, que era una plataforma de intervención cultural y política, y tenía un café, un grupo de teatro, una revista, un coro que es el que hoy es el Coro de Ladinamo y el Patio Maravillas que participa en este disco… pero en ese momento era una especie de oasis en la vida de Madrid y dentro de mi generación y ahora empieza a estar un poco más dinamizado todo a través de movimientos sociales, CSOAs y no son solamente excepciones; pero en ese momento sí que había focos, menos que ahora, con los que me sentía muy a gusto.
Nos gustaría que ardiera todo muy rápido y que la cosa cambie de un día para otro, pero no es así.


NTD: ¿Pero crees que todo lo que está pasando en estos últimos años ha generado algún tipo de efecto en la escena de tu generación para que se moje y participe, desde su obra o no, con cuestiones de índole política o social?
N.V.: Yo sí he apreciado un cambio en la actitud de gente que, ya no que no lo hacía (nadie está obligado a participar en algo que no quiere o que no le convence) pero sí que ni siquiera participaba en ello como si no fuera en absoluto con ellos. Y una de las cosas buenas que generó el clima del 15-M es que la política comenzó a estar presente en todos los sitios, y en muchos círculos en los que hasta entonces no había estado, y la gente comenzó a preocuparse en cuestiones políticas, que estaba claro que es una cosa que afectaba a nuestras vidas de una forma bastante agresiva, y eso tuvo como consecuencia una toma de conciencia brutal de muchísima gente: no todo el mundo la ha tomado pero sí mucha gente lo ha hecho, y cada vez la está tomando más porque se están generando luchas colectivas que están sumando, y mucha de esa gente que se suma es gente de mi generación. Lo que pasa es que el discurso en el que estábamos antes y que dominaba hasta ahora es un discurso sostenido por una maquinaria muy fuerte y no se puede tumbar de un día para otro.

NTD: ¿Y crees que esta resituación o este crac, como lo llamas, ha empapado realmente a toda la gente en general o que sólo ha activado de una manera más pública activamente a gente que ya llevaba tiempo comprometida?
N.V.: Creo que empapó a la gente en general y que tuvo un efecto expansivo en mucha gente. Es verdad que mucha gente que consiguió mayor visibilidad en el 15-M, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ya existían desde antes y la gente que trabajaba en ella son activistas de toda la vida y había mucha gente de la militancia de izquierdas que estaba currando en ello; pero yo conozco cada vez más gente que tomaron conciencia en ese momento. Gente más joven que yo, que tienen unos 30 o 31 años, y que se convirtieron en activistas cuando surgió todo esto del 15-M y sentían la urgencia de hacerlo.
Me parece más sano hablar de las cosas que suceden fuera que de mis tonterías personales.


Y en la música también está pasando: hace poco oí a Sole Parody (Le Parody) en una pieza que le hicieron en el programa de La 2, Mapa sonoro, que antes escuchaba mucha música anglosajona y no se sentía heredera de ninguna tradición y todo le sonaba muy ajeno, y que cuando surgió el 15-M sí encontró algo en lo que refugiarse y que le representaba y de lo que sentirse orgullosa: dejó de sentirse huérfana. Y eso ha pasado en mucha gente. La semana pasada estaba en un acto de Podemos en Gijón, en la que intervenían los candidatos en Asturias y quería conocer un poco lo que decían, y había un chico mayor que yo, de unos 44 años, y otras chicas de unos 30 años, y todos coincidían en que eran gente que había empezado a militar en estos últimos años, y eso sí que lo he visto, está pasando y es muy importante.

NTD: Hay quien pueda decir que si el 15-M ha cuajado tanto, por qué eso no se materializa ni en las urnas ni en las encuestas ni en el supuesto nuevo discurso político.
N.V.: Hombre, porque el 15-M lo que visibilizó en un primer momento era que la crisis no era sólo económica y política, aparte de una estafa, sino que también había una crisis de partidos y de la democracia representativa. Y de un día para otro no podía surgir un partido, sino que el foco estaba en visibilizar ese problema. Es difícil que se materialicen soluciones de una manera rápida. Nos gustaría a todos que ardiera todo muy rápido y que la cosa cambie de un día para otro, pero a efectos prácticos no es así. Ahora mismo lo que está sucediendo con Podemos puede ser el surgimiento de una plataforma electoral que tiene más que ver con el espíritu del 15-M: horizontalidad con todos los problemas, dilemas y críticas que ello conlleva, pero probablemente este sea el momento preciso en el que pueda surgir algo así. Recién está naciendo, así que hay que ir dejándolo crecer un poco, todavía.
En cada disco se han cargado las tintas sobre algún aspecto: el malditismo, las drogas, mis relaciones sentimentales... y ahora la política.


NTD: Mencionas mucho a Podemos como el partido que más casa con tus ideas políticas, las que plasmas en tus canciones. ¿Te ves, como en su día lo hicieron varios personajes públicos del llamado “progresismo caviar” (Ana Belén, Miguel Bosé, Pedro Almodóvar, Víctor Manuel...) con el PSOE de Felipe González o la campaña de Zapatero, siendo una especie de símbolo y representante artístico público de Podemos para visibilizar el partido?
N.V.: Espero que no tenga nada que ver con eso (risas). Podemos nace como algo muy diferente a maquinarias como la del PSOE. Es un bebé. Ilusiona un poco que haya una iniciativa así, y a ver dónde va a parar. Lo bueno es que al ser una plataforma electoral y no un partido político al uso ni regirse por sus disciplinas, sino con un funcionamiento más horizontal, también admite apoyos más críticos y que puedan matizarse más. Yo también tengo mis reservas, incluso. De hecho, todo el mundo que conozco que está involucrado o apoya a Podemos también tiene sus reservas, y eso es bueno y es sano. Pero espero que no tenga nada que ver con aquellos apoyos (ríe).

NTD: Pero en cierto modo no te molesta que tu mensaje político a través del arte se asocie a una plataforma concreta como Podemos. No ves que lo “panfletario” tenga una connotación negativa, en este caso.
N.V.: Mi interés por Podemos es más personal que otra cosa, más allá que pueda intervenir en algún acto, pero no voy a hacer mítines de Podemos en mis canciones. Simplemente estoy atento, y creo que es una consecuencia del clima que se creó en el 15-M, que me ilusiona mucho. Pero a lo mejor el año que viene estoy diciendo que no sirve para nada.

NTD: O que apoyas a VOX.
N.V.: (Ríe)
Podemos me ilusiona mucho, pero no voy a hacer mítines de ellos en mis canciones.


NTD: Viendo algunas críticas de medios que fueron tan afines a tu obra como Rockdelux, y en paralelo a críticas que han ido recibiendo otros grupos como Calle 13, Pony Bravo o Amaral, que comienzan a mezclar arte y compromiso, no sé si ves que las críticas vienen más por falta de costumbre por parte de los medios y la opinión pública o que los artistas han perdido facultades para desarrollar este tipo de “canción protesta”. ¿Quién tiene que hacer más autocrítica: el artista o la opinión pública?
N.V.: Creo que todos tenemos el deber de hacer autocrítica. No es que sea una evasiva, pero en mi caso creo que podré hacer autocrítica con el paso del tiempo, viendo cómo envejece mi obra y no tan en caliente. Quizás en mis canciones más estrictamente políticas soy yo el que está equivocado, no lo sé aún. Críticas como la de Rockdelux, tan curradas y trabajadas, también me dan qué pensar y le doy vueltas un poco a dónde están situados ellos y dónde estoy yo y sí que reflexiono acerca de ello. Luego hay otras que vienen de sectores y de posiciones que están claramente enfrentadas con mi forma de pensar y de ver el mundo y me alegro de que tenga lugar, porque estoy totalmente convencido de lo que pienso. Pero, en general, creo que hay que saber aprender de las críticas negativas.

NTD: ¿Ves como un lastre que obras como este Resituación se acaben comparando a discos de autores como Chico Sánchez Ferlosio, Lluís Llach, José Antonio Labordeta... autores cumbre en esa conexión entre música y compromiso político?
N.V.: A lo mejor es más fácil ver con la admiración que merecen la obra de todos esos autores ahora que en su momento. Pero tampoco me quiero poner a la altura de ninguno de ellos, y algunos son grandes influencias para mí, pero no estoy seguro de si esto que estoy haciendo yo y otros grupos tiene que ver con un tipo de canción o no. Dentro de un tiempo quizás podamos analizarlo de una manera más objetiva.
Resituación no es mi disco político, ni tampoco es que los anteriores no lo fueran.


NTD: No sé si tienes miedo de que se estigmatice tu obra, creando asociaciones negativas de tus canciones; algo que, por ejemplo, le pasa a Calle 13 cuando se los relaciona con los gobiernos cubano y venezolano. ¿Estás alerta, en ese sentido?
N.V.: Hombre, sí. Viendo algunas cosas que ya me han pasado creo que casi es mi deber estar alerta. Críticas que busquen cuestionar no tanto el disco sino el posicionamiento político que tengo dentro de él no me preocupa, porque puede dar lugar a debates sanos dentro de lo que es el debate político o puede dar lugar a peleas de vecinos. Si sucede de una manera u otra, no sé si entraré más al trapo o no.

NTD: En las entrevistas que estás dando se habla casi más de tus ideas políticas que de la evolución musical. ¿No temes que la faceta del Nacho Vegas militante político pueda ensombrecer la de músico?
N.V.: Sí, pero en realidad me lleva pasando de una manera u otra desde siempre. A medida que fui sacando discos se fueron cargando las tintas sobre algún aspecto: que si el malditismo, que si las drogas, mi relación con una persona u otra (risas)… Y ahora es la política. Yo siempre digo que este disco no me parece un disco enteramente político. No es mi disco político. Ni tampoco los anteriores no es que no lo fueran en absoluto. Pero me parece normal que se centre el tema en esto, en la dimensión social de las canciones; porque, al final, están pasando muchas cosas alrededor. Hablamos de las canciones pero también de cosas que suceden fuera de la escena musical. Me parece más sano hablar de eso que de cosas puramente personales, de las que me canso mucho más rápidamente y que creo que deberían cansar a cualquiera hablar de mis tonterías personales.
No me preocupa que se me critique por mi ideología política, estoy muy seguro de ella.


NTD: En el disco participa Mursego, le dedicas la canción Rapaza de San Antolín a Lorena Álvarez, participas en el proyecto de Xel Pereda Lucas 15, sales de gira con Pablo Und Destruktion como telonero en algunos conciertos… ¿te ves como una especie de catalizador, exhibidor o padrino de la nueva canción norteña?
N.V.: Sí. Bueno, no me gusta verme como padrino de nadie, pero cuando es gente bastante más joven que yo, como es el caso de Pablo o Lorena me entran ganas de demostrarles mi admiración, y luego han ido surgiendo diferentes colaboraciones y conexiones. Al final, la música es un mundo en el que estás continuamente colaborando con gente. Mis discos son discos de colaboración: todos los músicos y la gente que interviene ahí... Ahora, tocar con Pablo en Madrid es una manera de poner en común nuestro trabajo y de crear un poco de fuerza con ello. Es algo que espero que siga pasando porque en una escena musical, y eso creo que ha sido un problema de la escena independiente en España, los artistas, sellos, promotores y algunos medios son demasiado celosos y a veces eso no permite que se cree una escena especialmente sólida: por tener miedo al diálogo y al darte cuenta de que la gente que trabaja en lo mismo que tú quiere lo mismo que tú y tienes que poner en común intereses e inquietudes.

NTD: En esa ristra de colaboraciones más formales has hecho discos con Enrique Bunbury y Christina Rosenvinge. En su día se había dicho que podías llegar a hacer algo con Andrés Calamaro. No sé si tienes algo en mente, en ese estilo de colaboraciones.
N.V.: Algo muy sólido en mente no tengo. Esos encuentros hay que procurar no provocarlos ni forzarlos demasiado. Provocarlos, en todo caso, cuando hay un interés mutuo, pero creo que es mejor encontrarte con la gente, ver que salta una chispa y darte cuenta que tienes algo que decir y animarte a ello. Creo que hay que estar siempre abierto a ese tipo de colaboraciones y de diálogos, y espero que surjan un montón de colaboraciones más en el futuro, pero no son cosas que planifique.
La escena independiente ha sido demasiado celosa de sí misma y ha temido al diálogo.


NTD: ¿Qué nos puedes decir tanto de lo nuevo de Lucas 15 como de la internacionalización de tu carrera solista?
N.V.: Este año Xel Pereda dejó de tocar conmigo porque estaba más centrado en componer el disco de Lucas 15, y se está ocupando el enteramente del disco. Yo estoy un poco fuera, pero colaboraré en el disco que está grabándose ahora y en algunas canciones del disco nuevo cantaré alguna. En cuanto a salir fuera, la semana que viene, el día 15, saldrá en México el disco y teníamos pensado ir a tocar por allí, como también a Argentina, donde hemos estado en alguna ocasión, y me fascina la idea de poder llevar el proyecto a todos los países que sean. De hecho, una de las intenciones que tenemos en Marxophone es intentar crear un diálogo más fluido con Latinoamérica, creando alianzas con sellos de algunos países para que los discos puedan estar allí y que sea más fácil crear lazos de unión entre España y Latinoamérica.

Gira:
15 y 16.05: Madrid. Joy Eslava (con Pablo Und Destruktion)
21.05: Valencia. La Rambleta
22.05: Barcelona. Barts


galería de fotos
Portada del disco
Foto por: Juan Pérez Fajardo




Publicado en el blog por Fhara Hernández (México D.F.)

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