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lunes, 8 de abril de 2013

MIKE APUNTA, NACHO DISPARA

INSÓLITO Y EXTRAORDINARIO HOMENAJE MUSICAL DE NACHO VEGAS A LAS PELÍCULAS DE MIKE LEIGH EN EL TEATRO LARA. POR JON PAGOLA


No es la primera vez que la pasión por el cine de Nacho Vegas le lleva a un teatro para ofrecer un concierto único e irrepetible. En otoño de 1998, durante el Festival de Cine de Gijón y con la complicidad del entonces director, José Luis Cienfuegos, los asturianos Manta Ray (del que Nacho Vegas era guitarrista y líder en la sombra) combinaron temas propios con otras canciones pertenecientes a bandas sonoras de películas compuestas por maestros del género como Henry Mancini, Nilsson o Nino Rota. La actuación se registró en el CD “Score” que la revista Rockdelux regaló  en abril del año siguiente y, además de una de las cumbres en directo de la música independiente española de los noventa, supuso también la salida de Nacho Vegas de la banda de post-rock y el inicio de su arriesgada (¿un indie metido a cantautor?) y, a la postre, exitosa aventura en solitario.

Secuencia 1. Teatro Lara, Madrid. Es miércoles 4 de abril de 2013 y faltan cinco minutos para las once de la noche. Papel agotado en taquilla durante dos jornadas seguidas y mucha expectación en la platea. Se masca otra velada única e irrepetible de nuevo con el cine entrecruzándose con la música y otra vez con Nacho Vegas de por medio, esta vez ejerciendo de ideólogo absoluto y capitaneando una nueva banda de acompañamiento: además del pianista Abraham Boba y su habitual sección rítmica (Luis Rodríguez y Manu Molina) incorpora a Joseba Irazoki (guitarrista de Athom Rumba y muy respetado en la escena rock de Euskadi) y María García Palacios al violonchelo.

Con la sala a oscuras y la pantalla iluminada aparece uno de los más carismáticos y un tanto excéntricos personajes del director británico Mike Leigh, Archie el escocés de “Naked”, gritando “¡Maggie!” en pleno centro de Londres. El encuentro con Johnny, el protagonista de la película, da pie a una surrealista charla entre ambos mientras caminan por Brewer Street. Al rato, se va la voz de la pantalla mientras Nacho Vegas, arrinconado a la derecha del escenario, y el resto de la banda arrancan con la instrumental “Naked”, compuesta por el de Gijón.



Acabada la canción -elegante, tirando a oscura- se vuelve retomar el sonido de la pantalla con una nueva escena de la película. Este original esquema, salpicado a veces con diálogos que provenían de la propia pantalla con el grupo tocando en directo, se reprodujo durante cerca de una hora de homenaje de Nacho Vegas a Mike Leigh. Sonaron en total siete nuevas composiciones del asturiano, excepto “Échame a mí la culpa”, de  J.A. Espinosa, de las cuales la primera y la última fueron instrumentales. Musicalmente sorprendió el metraje del repertorio, piezas bastante más breves de lo que en el músico es habitual, y también llamó la atención el acercamiento al country, con Irazoki al banjo incluido, en “Matar vampiros”, que vale tanto para hablar de las ciudades grises de Leigh como de Gijón, donde nació en 1974 y reside: “Vivo en la ciudad más triste que jamás un triste urbanista pudo proyectar. Hay que prender fuego a esta ciudad”.

Pero quizás el momento más emotivo de la noche sucedió en el terrible diálogo de la pareja protagonista de “Todo o nada”, cuando la mujer calla al ser preguntada si aún quiere a su marido. El nudo en la garganta continúa con una inspirada letra de Vegas que retrata perfectamente la impotencia de Phil, harto de su vida, infeliz, el típico personaje de clase obrera de Leigh: “Hoy lo soporto todo, pero estoy hasta arriba de lodo”. Todo pareció encajar a la perfección en la insólita velada. Y el lenguaje de Leigh-Vegas casó realmente bien excepto en un pequeño detalle técnico: a veces falló levemente la sincronización del audio.

En cualquier caso, la insólita apuesta le salió redonda al ex de Migala, y uno puede asegurar sin riesgo a equivocarse que supera en ambición y emoción lo registrado en el teatro Jovellanos hace 15 años. Atención, son palabras mayores de la música en nuestro país. El público lo captó a la primera con una cerradísima ovación de cuatro minutos que vino después de una tanda de clásicas canciones de su repertorio: “La plaza de la Soledad”, “La gran broma final” y  “Cómo hacer crac”, con un espíritu cercano al 15M e introducida como un “himno de las radio libres”.

Fuente: http://www.madriz.com/mike-apunta-nacho-dispara/

Tomamos esta nota a través del FaceBook oficial de Nacho Vegas: https://www.facebook.com/nachovegasoficial


Publicado en el blog por Fhara Hernández (México D.F.)

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