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sábado, 13 de abril de 2013

«El liberalismo de ahora es más inteligente y destructor que el de Margaret Thatcher»



«La calle es la que está haciendo cosas, donde estoy seguro de que no se mueven las cosas es en el Parlamento»

Nacho Vegas, en el Centro Niemeyer.
Nacho Vegas, en el Centro Niemeyer.

Saúl FERNÁNDEZ El músico y autor Nacho Vegas (Gijón, 1974) cierra el sábado su gira «La vida es dulce» en el auditorio del Centro Niemeyer, un espectáculo basado en los filmes del director británico Mike Leigh que le ha llevado a Madrid y Barcelona.Vegas habla con LA NUEVA ESPAÑA. Se le nota constipado.

-No, no. Estoy en la última fase. Sólo moqueo.

-«La vida es dulce». Mucho ha cambiado.
 No has visto el espectáculo.

-Todavía no.
 «La vida es dulce» es una de las primeras películas de Mike Leigh. Pensé en que se vieran escenas de ella en el espectáculo, pero no pudo ser. Y se quedó sólo en el título del montaje. Es un título irónico, claro. La película no habla de la vida dulce, se centra en la amarga.

-Así que Nacho Vegas sigue siendo Nacho Vegas.
 Siempre digo lo mismo: soy un pesimista ilusionado.

-Mike Leigh fue uno de los azotes culturales de Margaret Thatcher, que acaba de morir.
 Es una casualidad que esta gira haya coincidido con la muerte de la dulce Margarita, la responsable de golpear a la clase trabajadora. Una de las pocas buenas cosas que ha dado esta mujer fue la respuesta cultural que generaron todas sus acciones. Muy importantes. A medida que Thatcher desmantelaba los servicios públicos generaba una clase lumpen. Leigh habla de esto.

-¿Y qué pasa en España para que no haya una respuesta cultural a las decisiones del gobierno de Rajoy?
 Me propusieron que escribiera sobre el primer disco que compré en mi vida, con mi paga. Era uno de los «Housemartins», que cantaron mucho contra Thatcher. Ahora nadie canta algo parecido a esto. Es la diferencia que existe entre el «indie» español y el «indie» inglés. En los noventa, cuando empezamos los de mi generación, hacíamos música escapista sin darnos cuenta de que todo esto que habían promovido Thatcher y Reagan no era más que una modernidad falsa. Fueron los años de Felipe González, del mogollón de privatizaciones... Y luego vino Aznar y pensamos que lo nuestro no iba con la política. Y así llegamos a la situación actual. Thatcher habría dicho que no iba a ayudar a los desahuciados porque no eran problema de ella. Rajoy ahora dice que está muy preocupado, pero las medidas que llevan a cabo son brutales. El liberalismo de ahora es más inteligente y destructor que el de Margaret Thatcher.

-¿Y la música pita algo en la política?
 La música no creo que tenga poder revolucionario, aunque forme parte de la resistencia y pueda dar testimonio de lo que está sucediendo. Participo en la Fundación Robo con unos cuantos compañeros. Actuamos en centros sociales, en centros autogestionados, para plataformas... La calle es la que está haciendo las cosas. Criticaron al 15M porque carecía de ideas, porque se presentaban con aquello de «estas son nuestras armas», pero lograron que se despertara un movimiento social como es la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. Donde estoy seguro que no mueven las cosas es en el Parlamento. Hay que participar en un proceso constituyente encendido desde las calles.

-Viene repitiendo eso de que hemos vivido en un engaño: la clase trabajadora pensaba que era burguesía.
 A diferencia de Mike Leigh, directores como León de Aranoa o Ken Loach han presentado sus historias en lograr la empatía con la clase obrera. Lo que hace Mike Leigh es hablar del triunfo del neoliberalismo, que es el que nos hizo creer que éramos clase media, cuando en verdad somos lo que somos. Fue un tiempo de gravedad infinita: individualismo brutal. Cuando tenía 16 o 18 años veía a los obreros de los astilleros en el Natahoyo quemando neumáticos y a los dueños de los bares que no servían a los policías. En los años 90 todo esto cambió: nos desmovilizamos y el liberalismo ganó.


Publicado en el blog por Fhara Hernández (México D.F.)

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