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martes, 19 de agosto de 2014

Nacho Vegas, melodías folk combativas



Resituación es el álbum más explícitamente combativo en la discografía de Nacho Vegas. En cada una de las once canciones que dan vida a su nueva entrega hay un grito de protesta, pero también de celebración, porque a decir del cantautor asturiano, “ahí es donde se mueve todo”. Bajo el panorama de la escena musical actual, donde se habla de una carencia de músicos comprometidos con la coyuntura social y política, el rockero originario de Gijón mantiene intacta su alta carga de crítica social hacia los políticos y banqueros, la cual vuelca en piezas de melodías dulces y letras inteligentes que se proyectan en un sentido más universal, que remueve las entrañas del escucha sin importar si éste vive en España, México o Argentina.
“La gente está harta y al final también se pone en marcha la violencia represiva, se están viviendo cosas que dan mucho miedo. Hay una polémica, pero como el otro día me decía un periodista español, ‘estas son tormentas en vasos de agua’. En definitiva, en este disco, las relaciones de los personajes están más cercanas a los acontecimientos sociales”, señala el español.
El nuevo trabajo discográfico de Vegas fue grabado en el estudio Pacomunista, en el Puerto de Santa María, Cádiz, donde estuvo acompañado por una banda de músicos conformada por: Abraham Boba, Joseba Irazoki, Manu Molina y Luis Rodríguez. La mezcla corrió a cargo de César Verdú y Luca Petricca en los Estudios Reno, en Madrid, y fue masterizado por JJ, en Golden Mastering.
¿Dónde y cómo inicias el proceso de grabación de un disco?
“Todo nace en mi estudio en casa, primero grabo las maquetas con GarageBand. Ahora los ordenadores te permiten grabar muy rápidamente tus canciones. Recuerdo cuando empezaba a hacer música, tenía mi grabadora de cuatro pistas analógica, era muy bonita, es una igual a la que se usó para grabar el Nebraska de BruceSpringsteen. Yo la tenía y me sentía muy orgulloso, pero había un montón de ruido de fondo y era muy complicado grabar las pistas. Digamos que grabar las maquetas es el único trabajo de producción que hago, luego me rodeo de un equipo de gente que me acompaña al estudio de Paco Loco”.
“Siempre es una maravilla grabar ahí porque el dueño del estudio es un obsesivo de comprar material y de ir renovando el estudio, así es que cada disco que grabo ahí es como si fuera un lugar nuevo, siempre me encuentro con que tienen consolas distintas, con que ha cambiado las guitarras, ha ampliado el estudio y en general es un sitio muy agradable”.



¿Qué instrumento usas para componer?
“Guitarra o ukelele. Comencé a usar el ukelele porque había visto a The Magnetic Fields en un concierto, soy muy fan y en aquella ocasión tocaban con un ukelele de ocho cuerdas, así que me compré uno de seis. Tiene una sonoridad especial, eso es algo que caracteriza a este disco, sobresale el sonido del ukelele y la guitarra acústica. Las canciones incluidas en este material tienen un punto de música popular, así que le van muy bien las guitarras acústicas, el ukelele y los banjos que toca Joseba Irazoki”.
¿Qué guitarras prefieres?
“Solía tocar una Gibson, pero ahora tengo dos guitarristas buenísimos en la banda, así es que me fui a grabar y a componer con el ukelele. Las últimas giras toqué con una Gibson Les Paul. Ahora llevo una guitarra acústica Takamine, me gustan en general este tipo de guitarras, pero ésta en concreto la descubrí en el estudio de Paco Loco, y terminaron regalándomela. Está hecha con una madera de no sé de qué bosques de Canadá, es una edición muy limitada porque es un tipo de madera que no se consigue fácilmente. Es una guitarra que no es particularmente bonita, pero que suena maravillosamente bien. Antes usaba mucho la Gil, por fetichismo quizá.



Una vez dentro en el estudio, ¿cómo es la interacción con la banda?
“Cuando nos juntamos grabamos todos en el estudio, aunque luego se tengan que hacer “recordings” (overdubs) porque no todos los instrumentos han quedado bien, tiene que quedar una base de una toma que hagamos todos en directo para que la canción conserve ese toque orgánico, algo que muchas veces se pierde cuando en los estudios grabas pista por pista. Grabé mi primer disco pista por pista, y el resultado puede ser un poco frío, así que procuro imprimirle ese toque humano que tiene la música. El estudio lo que tiene que hacer es recoger esa parte tan orgánica y es la única premisa que tengo para grabar mis discos, nos juntamos todos, nos ponemos a tocar y si vemos que eso no funciona, que no está registrándose de una manera orgánica, pues entonces pasamos a otra canción y lo retomamos más adelante”.
“En general tocamos todos en una sola toma, pero también aprovechamos las ventajas que te ofrece la tecnología. Si una pista no ha quedado bien, esa sí que se graba aparte, pero por lo menos procuramos que haya una toma que muestre que la canción tiene la vida que creemos que debe tener”.
¿Hay algún sonido con el que te gustaría experimentar en un futuro?
“A mi me interesa mucho lo que ocurre en Latinoamérica, especialmente con la cumbia, es una género muy transversal. Me parece muy interesante todo lo que sucede con los “sonideros”, la cumbia villera, el vallenato. En especial me gustan las Kumbia Queers. La cumbia es el nuevo punk, tiene esa cosa social, con un origen en los barrios”.
“Me encantaría juntarme con músicos de otros países, aunque es algo que me daría un poco de vergüenza, no sé, quizá me sentiría un intruso, pues lamentablemente nuestras visitas a Latinoamérica han sido un poco fugaces. Uno de los motivos por los cuales me gusta tanto la música tradicional latinoamericana es porque, a pesar de que ciertos países comparten características sonoras, también hay cosas muy variadas. ¡Es un choque de mundos!”.



Publicado en el blog por Fhara Hernández @FHARA_HV (México D.F.)

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