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sábado, 15 de diciembre de 2012

Manta Ray a 24 fotogramas por segundo


MANTA RAY, A 24 fotogramas por segundo

“La idea surgió en el último Festival de Benicàssim. José Luis Cienfuegos, el director del Festival de Cine de Gijón, llevaba tiempo pensando que Manta Ray deberían tocar en directo en la edición del certamen del 98. Después del concierto de Benicàssim se acabó de convencer. Pero nos hizo una oferta sin condiciones. Lo de hacer guiños y versiones de bandas sonoras salió de nosotros mismos. Entre otras cosas, porque nos gustan mucho”. Esta fue, según Nacho Vegas (guitarra y mil chismes más), la chispa que encendió el primer proyecto de guión de “Score. Un concierto de Manta Ray” (Astro-Sinedín, 1999). El hambre se juntó con las ganas de comer, y entre la pasión por el cine de unos y la admiración por la música de Manta Ray de otros, la 36 edición del festival de Cine de Gijón acogió un concierto único e irrepetible.



“No podía ser como un concierto más. Aparte de que había muchas versiones que pedían arreglos adicionales, quisimos hacer algo irrepetible, que quedara para la posteridad. No todos los días se tiene la posibilidad de tocar en un escenario como el del Teatro Jovellanos. Sobre el papel, ya era algo muy especial”. Las palabras de Javier Vegas (batería) explican por qué la noche del 24 de noviembre de 1998 había sobre las tablas una docena de personas: los cinco Manta Ray, un cuarteto de cuerda dirigido por Óscar Camacho e I.P.D (Justo Bagüeste y Morgana). “Era para estar allí –prosigue Javier–. Las luces y todo el tema audiovisual estaban muy, muy trabajados. Tras nosotros se proyectaban imágenes: de las películas a las que pertenecían los ‘soundtracks’ o de otros filmes”.

De acuerdo, en eso salimos perdiendo. Pero ¿qué pasa con lo que ganamos? “Score”, una inteligente manera de llenar el impasse en que se encontraba el grupo tras la desangelada acogida de “Pequeñas puertas que se abren y pequeñas puertas que se cierran” (Astro, 1998), es un excepcional disco en directo (una asignatura, la de los álbumes live, donde no acostumbra a ser fácil sacar nota). Los puntos extra que consiguen Manta Ray los han ganado a fuerza de versiones. “La mayoría de ‘scores’ que decidimos versionar eran solamente por la música”, se explica Nacho. “Yo no conocía la película de la que sacamos el tema de Henry Mancini para ‘Experiment In Terror’. Y para qué hablar de ‘Slalom’ de Ennio Morricone, que absolutamente nadie, ni José Luis Cienfuegos, conocía la película; pero queríamos que hubiera un guiño a Morricone porque nos encanta (a mí especialmente las bandas sonoras que hizo para Dario Argento) –al final, el tema principal de “La muerte tenía un precio”, también de Morricone, no ha aparecido en la grabación–. Habría que reivindicar algunas bandas sonoras por la música en sí, descolgadas de las imágenes. ‘Paris, Texas’, sin ir más lejos, es uno de mis discos preferidos, independientemente de que la película también me guste. Ry Cooder, en general, es uno de nuestros compositores de ‘soundtracks’ predilectos. Nos gusta a todos. Quizá porque viene del rock...”.

 MANTA RAY, A 24 fotogramas por segundo

Manta Ray, época de gloria: Javier Vegas, Nacho Vegas, Frank Rudow, José Luis García y Nacho Álvarez. Foto: Dioni Urbina

No es la primera vez (y esperemos que tampoco la última) que Manta Ray se acercan a la música para películas. “Wicked Game” de Chris Isaak (en la banda sonora de “Corazón salvaje”, de David Lynch) y “Seis minutos en negro” (tema principal de “El crack”, de José Luis Garci, uno de los títulos de cabecera de Nacho Vegas), ya habían sido reinterpretadas por los asturianos. “Aparte de estos dos temas –puntualiza Nacho– ya habíamos ‘sampleado’ fragmentos de ‘La noche del cazador’, de Charles Laughton, en algunos conciertos. En ‘Score’, antes del tema de Henry Mancini metimos la canción que cantan los niños, y entre ‘Slalom’ y ‘Wide-O Blues’ hay un fragmento con la voz de Robert Mitchum”. Claro que siempre se puede llevar el interés por las bandas sonoras más allá. (Javier): “Esta vez quisimos trabajar con ‘scores’ reales, hechos a propósito para un filme; no con bandas sonoras que en realidad son colecciones de singles, como las de Tarantino”. (Nacho): “Preferimos los momentos de las películas de David Lynch cuando suena Angelo Badalamenti, no cuando lo hacen Marilyn Manson. Aunque a veces hay combinaciones chulas entre el rock y los ‘scores’ tradicionales. ‘El indomable Will Hunting’, de Gus van Sant, que como película no me gustó nada, tenía una muy buena banda sonora con la mitad de temas de Danny Elfman y la otra de Elliott Smith”.



En “Score”, indirectamente, también se rinde tributo a los grandes banda-sonoristas de la historia del cine: Ennio Morricone, Nino Rota (del que se incluye la partitura de “El padrino”: el único tema que no está grabado en directo), Henry Mancini y... ¿dónde está Bernard Herrmann? (Nacho): “Herrmann nos gusta mucho, pero pertenece más a la vieja escuela. Nos sentimos más atraídos por autores de bandas sonoras, digamos, modernas. Hay un tipo de compositores, como Mancini, Rota o Morricone, que a veces pueden recordar mucho al rock. Tortoise, sin ir muy lejos, muchas veces suenan a Morricone. Los autores de bandas sonoras actuales, como Danny Elfman o Howard Shore –un pequeño fragmento de “Crash”, de David Cronenberg, sirve de intro para “Adamo”– tienen más que ver con ellos que con Herrmann. Nos ha quedado una espina clavada con John Barry o Lalo Schifrin. Queríamos hacer alguna versión de ellos, pero estuvimos ensayando ‘Harry, el sucio’ (Don Siegel) de Schifrin con muy poco tiempo y al final cayó para evitar un desastre”.

Mientras José Luís García (guitarra y voz) pone en marcha su nuevo proyecto paralelo (Viva Las Vegas), Nacho Vegas sigue repartiendo su tiempo con Diariu y su hermano Javier con Sitcom, Manta Ray, que están acumulando nuevas composiciones de cara al verano, tienen tiempo de ir al cine. (Javier): “Nos gusta el cine como a todo el mundo, no tenemos tampoco un interés desmesurado”. (Nacho): “Si tuviera que elegir un género, me quedaría con el drama, pero con algún apunte de humor. Me entusiasma ‘Los idiotas’ (Lars von Trier) y echo en falta algo de humor en ‘Hana-Bi’ (Takeshi Kitano). Justo lo contrario que en ‘Happiness’ (Todd Solondz), que le sobra. El tipo de películas que me van son las de Mike Leigh, aunque las bandas sonoras que pone son horribles. El otro día vi ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’ (Agustín Díaz Yanes), que de las películas españolas recientes es de las que más me han llegado, y también me pareció que tenía un ‘soundtrack’ espantoso: la típica mezcla extraña entre rock y ‘score’ tradicional que hace Bernardo Bonezzi...”. ¿Y la película de Manta Ray? ¿No hay ningún título que merezca el consenso de todo el grupo? “Si hay un filme que nos apasiona a todos por igual, es ‘La noche del cazador’”. Amor y odio, pues. Joan Pons


MANTA RAY, A 24 fotogramas por segundo


“Si hay un filme que nos apasiona a todos por igual, es ‘La noche del cazador’”. El amor y el odio.
Foto: Dioni Urbina

EL ESPECTADOR OBSTINADO

Nacho Vegas

“Tío, yo nunca he ido a un concierto de rock”. La cita es de River Phoenix en “My Own Private Idaho” (1992), de Gus van Sant cuando todavía era Gus van Sant. Esta frase, la respuesta de un chapero roto, introvertido y aquejado de narcolepsia a la pregunta “Oye, ¿fuiste al concierto de Sinéad O’Connor anoche? Sí, la tía calva esa”, es la debilidad cinematográfica de Nacho Vegas. Una de esas filias, pasiones, excentricidades o caprichos fílmicos que suelen tener los cinéfilos.

Tomado de: http://www.rockdelux.com/secciones/p/manta-ray-a-24-fotogramas-por-segundo.html

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